A diferencia de algunos vinos de la Ribera del Duero que hace unos años iniciaron una carrera por la potencia, quizá compitiendo por las puntuaciones de los gurús norteamericanos, Florentino Arzuaga prefirió desde el principio la elegancia y que fuesen agradables y fáciles de beber / Luis Moreno Buj – @luismorenobuj / StylusVinum /
Florentino Arzuaga plantó en 1987 las primeras viñas de la finca La Planta, un gran trozo de naturaleza en el que los ciervos y jabalíes viven entre los bosques de pinos, encinas y sabinas, alrededor de 150 hectáreas de viñedo. Su hijo Ignacio dirige el proyecto en el término de Quintanilla de Onésimo, epicentro de la Rivera, mientras que Amaya, la famosa diseñadora de moda hermana de éste, tiene dedicada una colección de vinos que lleva su nombre a la que aporta su imagen, e influye también en la decoración del restaurante, hotel y spa con que cuenta la bodega.
En fechas recientes quedamos con un grupo de sumilleres y expertos en vinos para probar algunos de los vinos y añadas más destacadas de Bodegas Arzuaga, desde su tinto crianza, el pilar que sostiene la empresa, pasando por los Reservas, Gran Reserva, el Amaya Arzuaga Colección y su Pago Florentino.
Pero comenzamos la cata con el Rosae Arzuaga 2014, uno de los muy escasos ejemplos de rosados de la Ribera, mosto flor Tempranillo de vendimia precoz que fermenta lentamente a baja temperatura. Color asalmonado muy pálido y aroma fragante a rosas y frutas rojas ácidas (fresas, frambuesas). Al cabo de un rato, cuando gana algo de temperatura y se abre aparecen recuerdos a café y minerales. En boca es fresco, sedoso, untuoso, goloso y cítrico, con elegante amargor final. Un vino ideal para alternar en la piscina o en una terraza junto a una cubitera con hielo.
Otro de los vinos fue el tinto Arzuaga Reserva Especial 2010, hecho con Tempranillo y un pequeño porcentaje de la blanca Albillo, cepas cultivadas junto a las tintas de manera tradicional y que, vendimiadas juntas, aportan acidez y ayudan a estabilizar el color, aunque parezca contradictorio. Maceración de racimos enteros, uvas pisadas como se hacía antiguamente para no romper pepitas y a fermentar en depósitos de madera, con una permanencia de 24 meses en barricas de roble francés. El importante extracto de las uvas sanas y maduras da un color opaco con ribete granatoso. Aroma elegante, complejo, a fruta negra madura, tinta china, especias, balsámicos y tostados. Boca potente, con cuerpo y buenos taninos, sabroso, con buena acidez, redondo, y largo. Vuelven las sensaciones percibidas con el olfato, a fruta, mentolados y torrefactos, con largo final. Gran vino para conversar y acompañar asados y carnes de caza mayor.
Arzuaga Reserva Especial 2010: 58 €
Rosae Arzuaga 2014: 10 €
www.bodega.arzuaganavarro.com
