AT Roca Brut Reserva. Apuesta de futuro por los ‘vins de terrer’. Cellers AT Roca.
Quién no ha soñado alguna vez en secreto con retirarse a los 50 años, dejar de trabajar, y con el capital ganado dedicarse a lo que verdaderamente le guste a cada cual. Algo parecido se le había pasado alguna vez por la cabeza a Agustí Torelló Sibill, pero quién le iba a decir que a esa edad, con toda una vida profesional dedicada al Cava, iba a tener que comenzar otra vez de cero.
Torelló se desvinculó por completo hace dos años de la empresa familiar, las bodegas Agustí Torelló Mata, para emprender de la mano de sus hijos, Jordi y Agustí Torelló Roca, un nuevo proyecto enológico directamente ligado con el concepto de “vins de terrer”. Estos son los vinos que se producen en un entorno limitado, con características propias, que les confiere determinadas particularidades, el “terroir” que llaman los franceses, por lo que no mezcla varietales procedentes de parcelas diferentes.
La nueva bodega se estrena con dos espumosos de DO Penedés, los AT Roca banco y rosé; y dos blancos tranquilos, el Floral y el Xarel.lo; junto a un tinto de DO Montsant, el Sileo, que quiere decir “volver a empezar” en latín.
Y los espumosos, elaborados por el método tradicional, no están acogidos al Consejo Regulador del Cava precisamente para que sean relacionados con un territorio, no con un sello genérico. Según Torelló “lo que tendría más sentido sería llamarle Cava Penedés, pero la actual legislación no lo permite, por lo que los hacemos como Vinos Espumosos de la DO Penedés”, una decisión que tuvo que meditar en profundidad, para decantarse finalmente por el terruño y el futuro del sector.
Los espumosos AT Roca son dos Brut Reserva, con añada, el blanco hecho con la tríada clásica de Macabeo (52%), Xarel.lo (28%) y Parellada (20%), todo en cultivo ecológico. El otro es un Brut Rosé Reserva de Macabeo y Monastrell a partes iguales.
El AT Roca Brut Reserva de 2012 es de color pajizo con tonos verdosos, con aroma fragrante, fresco y frutal, con notas a manzanas verdes, peras, recuerdos cítricos, a panadería y minerales. En el paladar se muestra contundente y fresco, cremoso, con el carbónico bien integrado por haber tenido un mínimo de 15 meses de crianza en botella, con un final largo, en el que aparecen matices almendrados y de frutos secos. Una buena alianza de experiencia, savia nueva y ‘terroir’.
AT Roca, Brut Reserva 2012: 12 €
