La Barrica – Bar de Pinchos
C/ Abadía, 5 – Teruel
Callejeando por la ciudad de Teruel encontramos un pequeño local que nos llamó la atención: La Barrica, Bar de Pinchos, anunciaba. No teníamos tiempo suficiente para dedicarlo a la buena mesa, como en otras ocasiones en que hemos comido muy bien en La Menta, La Tierreta o en Yain. La intención era simplemente picar algo y continuar viaje.
Entramos a echar un vistazo a la barra y tenía buena pinta lo que vimos. Variedad de pinchos, vermouth Izaguirre de grifo y una carta de vinos con algo más de 70 referencias.
El local es de reducidas dimensiones, diseño actual e informal, abierto en 2010 por dos socios, Patri Barrera y Simón Monterde, que dirigen desde la barra, con Leonor Barrera en la cocina, que se ocupa de que en las horas punta haya siempre equilibrio entre los pinchos fríos y calientes, de pescado y de carne. Un equipo de gente joven, formada en la Escuela de Hostelería de Aragón en Teruel, que han pasado por algunos de los restaurantes de referencia de la ciudad.
Con posterioridad hemos comprobado que la oferta cambia de un día a otro, con lo que se puede repetir la visita con relativa frecuencia sin comer siempre lo mismo. Patri nos comenta que tienen apuntado en una libreta las diferentes combinaciones de ingredientes con las que han armonizado alrededor de 180 pinchos diferentes en estos cinco años.
Todos los que en ese momento había en el expositor tenían buena pinta, así que pedimos uno de cada, aunque más tarde continuaron saliendo de otros tipos.
Entre los que nos sirvieron había de anchoas con guacamole, chipirón relleno de cebolla confitada con alioli suave, pulpo, vieiras con jamón de Teruel y bechamel con trufa negra, lomo con panceta curada, queso brie con jamón y frutos secos, morcilla con patatas y boletus, y de longaniza de Graus con aceite trufado. Todos bien resueltos, pero en los que sobresalen dos ingredientes estrella como son el jamón y la trufa.
De postre había tres o cuatro referencias, compartimos un brownie de chocolate con helado de vainilla.
Sólo eché de menos una ensalada, y el café, que aunque de tueste natural podía ser mejorable.
Precio por montadito 2 €.