Un señorío con terruño. Castillo de Cuzcurrita, Rioja Alta, Logroño.

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UN SEÑORÍO CON TERRUÑO. Luis Moreno Buj / StylusVinum.com /

En todos los viñedos del mundo existen diferencias entre las distintas añadas en los parámetros que marcan la calidad de la uva, como son el grado, la acidez y la sanidad de la fruta. Pero cuando se está cerca de los límites de cultivo de la vid los matices que diferencian las cosechas son aún más acentuados.

La Bodega Castillo de Cuzcurrita se encuentra en una zona muy fresca y con pocas horas de insolación en el extremo occidental de la Rioja Alta, en la población logroñesa de Cuzcurrita del Río Tirón, próxima a la provincia de Burgos. El clima continental es el responsable de que la cosecha se alargue hasta estos días, cerca de llegar a su fin el mes de octubre. De las uvas tintas de Rioja la Tempranillo es la única que llega a madurar de forma adecuada en este paraje, algo que no consiguen hacer las varietales de ciclo vegetativo más largo.

Vendimia-en-el-Castillo-de-CuzcurritaEl antiguo Señorío de Cuzcurrita se retrotrae en el tiempo hasta el año 1367 en que fue otorgado. Su núcleo urbano estuvo amurallado, considerado como plaza fuerte durante la Edad Media, con un castillo que data de finales del siglo XIV. Dentro del cercado de la huerta de la fortificación existe un viñedo con 7 hectáreas de viñas de alrededor de 50 años y disponen de otro tanto en varias parcelas que suben hacia el monte, con cepas de más de 75 años, algunas de las cuales sobreviven arraigadas en la roca caliza, aferradas a sus grietas.

El grupo empresarial Bergé adquirió el castillo a finales de los años 90, lo rehabilitó y construyó las instalaciones bodegueras. En la dirección técnica se encuentra la enóloga Ana Martín, que se muestra entusiasmada con un terruño tan particular, en el que hace unos vinos de Rioja que no son los tradicionales, tienen mucha carga de fruta fresca, notas minerales, una acidez excelente y unos taninos bien maduros que los hace fáciles de beber.

El ‘Señorío de Cuzcurita’ de 2007 tiene estas características pese a haber sido un año cálido. Su color es rojo picota de capa media-alta, con un ribete poco evolucionado que todavía presenta un tono amoratado. El aroma es de buena intensidad, complejo, fino, con presencia de fruta roja y frutillos silvestres bien maduros (moras, arándanos), con suaves matices especiados y tostados, es balsámico y mineral. En boca tiene buena entrada, es amplio, amable, fresco, con buena acidez y unos taninos bien maduros. De cuerpo medio, con un postgusto largo y refrescante, en el que vuelve a aparecer una exquisita variedad de frutillos silvestres rojos y negros.

Señorío de Cuzcurrita 2007: 19 euros

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