El cuerpo es la principal característica que tienen los vinos elaborados con Xarel·lo, la uva representativa del Penedés. Tiene fama de que su fortaleza la hace poco adecuada como monovarietal en vinos jóvenes, que resultan algo pesados por su excesiva estructura, aunque son perfectos para combinarlos con vinos de otras castas, y resultan indispensables en la base del trio clásico de los Cavas catalanes, junto con las Macabeo y Parellada. Aunque en los últimos tiempos ha demostrado su vocación de crianza, al someter a maceración sus pieles y ser fermentada en barrica o en depósitos de cemento y trabajar los vinos con sus lías se consiguen muy buenos resultados.
En su nueva etapa enológica, Agustí Torelló Sibill une su proyecto al territorio más próximo. Desgajado completamente de la bodega del tronco familiar, inició hace un par de añadas un nuevo camino en compañía de sus hijos, comprometido con el concepto de ‘vins de terrer’. Con este término se refiere a los vinos hechos con uvas procedentes de una sola parcela, en un entorno limitado que les transfiere características particulares, lo que los franceses entienden por ‘terroir’.
Seguramente los vinos más conocidos de Agustí son los espumosos que hace en el Penedés, elaborados con el método tradicional pero sin acogerse al Consejo Regulador del Cava, aunque también es artífice de tres vinos blancos singulares, entre los que se encuentra un monovarietal de Xarel·lo. Las uvas proceden de un viñedo de 42 años ubicado en la Conca del Foix, en la Plana de l’Urpi, a 220 metros de altitud. La mitad de la producción es fermentada y criada en botas de roble francés de 500 litros, mientras que la otra parte se cría en recipientes de barro cocido de 200 litros de capacidad.
Este Xarel·lo d’AT Roca de 2013 es de color pajizo pálido, con aroma de intensidad moderada, muy curioso y particular, con recuerdos frutales (manzanas) y herbáceos (anisados) junto a los matices aportados por las crianzas y el trabajo con las lías finas, donde aparecen notas de mantequillas, vainilla y ahumados. La entrada en boca es untuosa, con volumen, de cuerpo medio, fresco, con sensación salina y mineral, largo y persistente.
Un gran vino blanco, para gastrónomos que lo sepan acompañar con un plato que esté a su a su altura, como puede ser un Pez San Pedro (Peje Gallo) a la brasa; o un mero al horno, con sus patatitas, tomates y cebollas asadas.
Xarel·lo d’AT Roca 2013: 18 €
www.cellersatroca.com
