Nunca se sabe muy bien cómo o por qué una persona inicia una colección pero, en ocasiones, después de una labor infatigable, lo que comienza siendo una simple afición por la reunión y organización de objetos acaba por documentar toda una época / Luis Moreno Buj – @luismorenobuj / StylusVinum /
Aurelio Vicente Abad emprende su colección de etiquetas a principios de la década de los 90 y en apenas cinco años ya publicó su primer libro sobre el tema. Su pasión por el mundo de los vinos y su profesión de camarero en prestigiosos restaurantes le ayudaron a recopilar ejemplares. Después vinieron los artículos de prensa comentando vinos y sus programas en radio y televisión.
Mª José López y Aurelio Vicente con un volumen de la colección
Desde hace unas semanas exhibe 70.000 etiquetas originales y más de 800.000 en formato digital en el Museo del Pago Chozas Carrascal, recién inaugurado por la familia López-Peidro, en el término de Requena. La exposición refleja la historia del vino desde finales del siglo XIX hasta nuestros días y ofrece una perspectiva que engloba diseño, artes gráficas, cooperativismo, exportación, aspectos sociales, o las modas.
En la muestra no hay una etiqueta especial o más importante, todas tienen detrás una historia. Aunque siempre preguntamos por las más antiguas, como la de un Ygay de 1884, o la de la firma alicantina Primitivo Quiles, marca Chevalier, datada en 1925.
De la visita al museo pasamos a probar la última añada del blanco Las Tres, del Pago Chozas Carrascal, a punto de salir al mercado. Se trata de un vino blanco fermentado y madurado en barricas de roble, complejo y evocador, hecho 
con Chardonnay (70%) una parte del cual ha fermentado y madurado en barrica un total de 5 meses, y las Macabeo (20%) y Sauvignon Blanc (10%). Las tres varietales están elaboradas por separado, para después fusionarse durante un tiempo en huevos de hormigón. Este tipo de material aporta matices de crianza manteniendo la fruta, pero sin oxidación al no tener que abrir el depósito para remover el fondo ya que en el interior el vino está siempre con las lías finas en movimiento por termodinámica.
Las Tres de 2014 tiene aroma intenso a flor blanca, mineral, fruta de hueso (melocotón) y tropical, suaves especias y mantequilla. Tiene buena entrada de boca, es untuoso, cremoso, se crece, con cuerpo, fresco, goloso y elegantes toques amargosos. Este vino comienza a estar en su momento óptimo de consumo, pero será interesante probarlo al cabo de dos, tres o cuatro años porque su buena acidez y estructura le permitirá aguantar el paso del tiempo. Entonces ya no encontraremos fruta fresca, que se habrá tornado en recuerdos a frutos secos, como las nueces, y tendremos que prestar más atención a qué platos lo acompañarán, que tendrán que ser de erudita gastronomía para estar acorde a la calidad del vino.
Las Tres 2014: 13 €
