La colección 7 Magnífics incorpora el tinto Somiadors, en el que recoge el carácter de un territorio marcado por la Tramontana, flanquedo por los Pirineos y la Costa Brava / Luis Moreno Buj / StylusVinum /
El viñedo del Empordà es uno de los más bellos, diversos y sugerentes del arco del Mediterráneo. La hermosura de sus paisajes la da la cercanía al mar desde el que las cepas inician su ascensión entre los acantilados de la Costa Brava sin superar los 240 metros de altitud, vigiladas por los Pirineos.
La tipología de sus suelos es amplia, con calizas, arcillas, de cantos rodados, pizarrosos y graníticos, que hacen que no haya dos vinos iguales. Y el turbulento viento de Tramontana, que cuando sopla torna el cielo de color azul intenso, inspira a unos y azota los ánimos de otros.
La tradición vitícola de estas comarcas de Girona es de las más antiguas de la Península Ibérica, donde los griegos fundaron la ciudad de Ampurias, elaborando unos vinos que con posterioridad fomentaron los colonizadores romanos, y en el que más tarde los monjes benedictinos asentaron el conocimiento de la vid y el vino desde el monasterio de Sant Pere de Rodes.
La Filoxera también se introdujo en esta zona con prontitud, afectando de manera drástica un cultivo que ya jamás volvería a ser lo que fue. En los últimos cien años se ha pasado de una superficie de 25.000 hectáreas de viñedo a las 1.700 de la actualidad cuando, afortunadamente, se están renovando los ánimos a los viticultores de una región en la que hace apenas un decenio las marcas de vinos embotellados se podían contar con los dedos de una mano.
7 Magnífics reúne una colección de vinos provenientes de diferentes terruños catalanes, un proyecto desarrollado por el equipo técnico de Bodegas Torres. A los tres vinos ya presentados se acaba de incorporar el tinto ‘Somiadors’, elaborado en la DOP Empordà con las variedades Cariñena (Samsó en la zona) y Garnacha (Lledoner), de parcelas seleccionadas por el enólogo Albert Llopart en terreno pizarroso del Cap de Creus, así como de otra zona más retirada del mar, de suelo granítico.
En el vino predomina la Cariñena (70%) con su carácter vivaz, que ofrece las uvas más equilibradas a partir de los 30 años. Tiene una permanencia de 9 meses en barricas de roble francés. La Garnacha no pasa por madera y su personalidad amable suaviza el coupage.
Este ‘Somiadors de l’Empordà’ es de color rojo cereza de capa media-alta con un ribete que todavía conserva tonalidades amoratadas. Aroma de buena intensidad a frutos rojos y negros maduros, especias dulces, recuerdos de plantas aromáticas, balsámico y mineral. De cuerpo medio, con el nervio de la Cariñena, taninos maduros, carnoso, sabroso, fresco, con fondo frutal y buena persistencia. Vino de corte mediterráneo con los apuntes continentales de la frescura que da el terreno y las ventoleras que se derraman desde detrás de las montañas para llegar hasta la mar.
Somiadors 2014: 13,50 €
