Es la expresión fiel de los dos viñedos de tinto fino más emblemáticos de la bodega, que destacan por sus suelos, edad y ubicación en las mejores zonas de la región
Fompedraza, 19 de septiembre de 2024.- Pago del Cielo, la bodega de Ribera del Duero propiedad de la Familia Torres, presenta su vino icono, un elegante tinto fino (tempranillo) de producción muy limitada que nace de dos viñedos propios cuya singularidad radica en sus suelos, edad y ubicación. Bautizado con el nombre de la bodega, Pago del Cielo 2019 recoge la esencia de estas viñas viejas que se subliman al combinarse, dotándolo de complejidad, frescura y finura.
“En los últimos 10 años, nos hemos centrado en la tierra, identificando las mejores zonas, viñedos y parcelas y aprendiendo sobre los suelos”, comenta Juan Ramón García, enólogo al frente de la bodega desde sus inicios hace 20 años. Y añade: “Pago del Cielo es el resultado del conocimiento adquirido durante todos estos años y la expresión máxima de nuestras dos viñas más preciadas, El Obispo y Las Tenadas, situadas en las mejores zonas de Ribera del Duero y con suelos diferentes que se complementan muy bien”.
Por un lado, el viñedo conocido como El Obispo, ubicado en Piñel, en la zona de Pesquera, se caracteriza por sus suelos eminentemente calizos, que aportan elegancia, mineralidad y gran potencial de envejecimiento a los vinos. Por otro lado, Las Tenadas, en La Horra, es una pequeña parcela con suelos profundos formados con arcilla y arena, que producen vinos con más estructura, intensidad de aromas y buena acidez. Este viñedo también tiene la particularidad de que entre las viejas cepas de tinto fino se encuentran algunas vides de albillo blanco, que se cosechan y fermentan juntas y aportan al vino brillo y frescura.
Los dos viñedos, situados a una altura media de 840 metros, tienen 32 años y 70 años respectivamente, y se cultivan con técnicas regenerativas como el sembrado de hierba y la reducción del número de labores para contribuir a la lucha contra el cambio climático.
Pago del Cielo 2019 se elabora con la máxima delicadeza en la bodega situada en Fompedraza. Para potenciar la expresión del suelo en el vino, se utilizan tinajas de 1.600 litros de capacidad, construidas con tierra de cada viñedo, para la vinificación y crianza durante 14 meses de una parte del vino. El resto envejece durante 15 meses en barricas de roble francés de 300 litros. La añada 2019 fue una cosecha de gran calidad, con menos lluvias que el año anterior y temperaturas en general más altas, excepto durante los meses de agosto y septiembre.