El ‘estilo libre’ de los enólogos José Hidalgo y Ana Martín vuelve a actuar en la concepción de un vino para El Conjuro del Ciego, un nuevo proyecto ubicado en lo que fue un lagar de pequeñas dimensiones que llegó a estar inactivo durante un tiempo y que vuelve a resurgir por el empeño de sus actuales propietarios.
El empresario Joseba Grajales ha renovado la construcción y rehabilitado los antiguos caladeros, la parte subterránea de las instalaciones de esta antigua bodega de cosechero ubicada en el Barrio de las Bodegas de la población de Elciego, en la Rioja Alavesa.
Su intención es la de elaborar 15.000 botellas de un solo vino a partir de dos parcelas, El Conjuro y Coxera, plantadas de viñas viejas de Tempranillo de entre 40 y 80 años que apenas dan un kilo de uva por cepa. En bodega trabajan con OVIs, pequeños recipientes auxiliares en los que se transporta el vino-mosto separado del sombrero formado por los hollejos.
Al cabo de un tiempo prudencial el líquido se suelta de golpe sobre las pieles de la uva que quedaron en el depósito principal con la intención de activar de forma significativa la maceración y conseguir mayor extracto sin añadir verdores, pero siempre partiendo de una fruta sana y madura. Así se tratan los hollejos de la uva con mayor suavidad a como lo hacen los remontados con bombas mecánicas y las cadenas de los compuestos fenólicos no se rompen, lo que ayuda a mantener la frescura y estabilidad a lo largo del tiempo.
El nombre del vino, Lur, significa ‘tierra’ en euskera, uno de los cuatro elementos clásicos de la materia, con el que sus autores quieren definir su magia y personalidad. Este Lur de 2009 tiene un precioso color rojo picota y ribete teja, con aromas de buena intensidad en los que destacan los recuerdos a frutos rojos y negros maduros, con matices del frescor de los frutillos silvestres (moras, frambuesas) típicos de la Tempranillo, bien arropados por las sensaciones especiadas, fondo de regaliz y suaves tostados de la permanencia durante 14 meses en barricas de roble francés de tres tonelerías diferentes. En el paladar tiene cuerpo y volumen, es sabroso y equilibrado, con un final de boca largo, en el que vuelven las sensaciones frutales percibidas con el olfato.
Acorde a ese ‘estilo libre’, sus elaboradores han optado por no maltratar al vino con innecesarios tratamientos para filtrar el vino, por lo que será normal que aparezca en el fondo de la botella un sedimento natural, por lo que en este caso sería conveniente su decantación a una botella de servicio.
Lur 2009: 16 €
www.elconjurodelciego.com
