Flor de Ahíllas, Bodegas Terra d’Art. La vid despierta en el Alto Turia / StylusVinum / Texto y Fotos: Luis Moreno Buj /
En la zona vitícola del Alto Turia, en el extremo nororiental de la comarca valenciana de La Serranía, todavía está por hacer el vino de alta calidad que demuestre el gran potencial que tiene esta tierra.
Juan José Palmero y su hermana Casandra, anduvieron en busca de un terreno que les gustase para cultivar la vid, hasta que hace 10 años encontraron el lugar adecuado en la población de Ahíllas, en lo más alto del término de Chelva.
Este enclave se sitúa bajo las últimas estribaciones de la Sierra de Javalambre, en un terreno arenoso, de piedra arenisca con mucha grava, muy accidentado. Los viñedos se cultivan en pequeños planos y mesetas que llegan a alcanzar los 1.200 metros de altitud, rodeados por barrancos y montañas. Las áreas forestales alternan con los campos de secano, donde se cultiva cereal, almendro, nogal y vid, entre cerros, torrenteras, hoyas y llanos. En la actualidad están censadas 14 personas en Ahíllas, de las que 8 son artistas, por lo que dieron nombre a su proyecto enológico como Terra d’Art.
Ambos hermanos son enólogos, Juanjo ha trabajado en Burdeos, en Requena e Ibiza y Casandra tiene experiencia en los viñedos de Chile. Aquí hacen vinos mediterráneos de montaña. De la Merseguera sacan 1,5 kilos por cepa, cuando en el resto de la zona se saca entre 8 y 10, llegando algunas a los 15 kilos. En este momento tienen 6,5 hectáreas de las que esperan conseguir apenas 7.000 botellas en la presenta campaña. Hacen blancos, pero también un interesante rosado y prometedores tintos con barrica.
El Flor de Ahíllas Rosado está hecho con Monastrell (50%), Bobal (30%), Garnacha tinta y pequeños porcentajes de otras, vendimiadas durante la primera semana de Octubre. Su color es rosado pálido, con destellos de tono piel de cebolla. El aroma es de intensidad media, no es una explosión de fruta, pero sí tiene marcada personalidad, con buena presencia de fruta roja y cítricos, con recuerdo floral y a yogurt de frutos del bosque. En el paladar es donde se muestra espectacular, potente, amplio, untuoso y graso, lo que contrasta con el moderado grado conseguido, es goloso, con una excelente acidez, agradable sensación cítrica que recuerda las naranjas sanguinas, con un final largo.
El Flor de Ahíllas Blanco es monovarietal de Merseguera. Es de color amarillo pálido muy brillante, con buena intensidad aromática, frutal y floral, con recuerdos a albaricoque y mango. En boca tiene buena entrada, de cuerpo ligero y ágil, con cierta untuosidad, sensación a fruta fresca, buena acidez y largo postgusto. Un proyecto ilusionante, que puede servir de revulsivo a toda esta zona vitícola, anclada en la producción industrial de vinos blancos correctos que las embotelladoras generalistas mezclan con Moscatel o Sauvignon Blanc.
Flor de Ahíllas, Merseguera 2013: 7 €
www.bodegasterradart.com
Enhorabuena a Juanjo y toda la familia por el gran esfuerzo , económico y emocional que han derrochado para que su sueño este cada vez mas cerca de ser atrapado. Un abrazo.