Aunque el enólogo Pedro Olivares hace un Bobal magnífico dentro de su serie de vinos Wild, sorprende encontrar en la misma colección unos monovarietales de Merlot y Tempranillo tan armónicos procedentes de viñedos del término de la población de Venta del Moro, en la comarca de La Plana de Requena y Utiel.
Con estas castas de vid de ciclo corto cultivadas en esta latitud y en secano resulta difícil encontrar el equilibrio, ya que con frecuencia se encuentra la maduración fenólica óptima en los granos de uva cuando la fruta está ya sobremadura y ha caído la acidez.
El Wild es uno de los cuatro proyectos que Olivares dirige en la actualidad. Éste surgió por su relación de asesoramiento técnico a Bodegas Proexa, con quienes además comparte algún viñedo e instalaciones enológicas. Su idea es la de elaborar vinos de parcela con la varietal que mejor se adapte al tipo de suelo, altitud a casi 1.000 metros, orientación, exposición a los vientos, donde realiza diferentes momentos de vendimia.
En el campo, cuando el viñedo tiene mucho estrés de calor aplica infusión de manzanilla, la planta se repone durante la noche y tiene comprobado que al día siguiente está más preparada para trabajar la fotosíntesis durante la mañana.
Todos los vinos que elabora Pedro son o proceden de cultivo ecológico y sin aditivos, un sello al que ha incorporado el que certifica que se trata también de un ‘producto vegano’, ya que no se han empleado los tradicionales productos a base de proteínas animales, aunque sean inocuos, como la clara de huevo o colas de pescado para limpiar los vinos de partículas sólidas en suspensión.
Macera en frío los granos enteros y practica el ‘delastage’, vertiendo de golpe el mosto sobre la pasta tras haberlo sangrado, con lo que extrae lo justo, ‘con la cantidad de horas de sol que tenemos no hace falta extraerlo todo’, nos asegura. Somete a los vinos a una breve permanencia en barricas de 300 y de 500 litros de roble francés sin tostar y húngaro tostado ligero.
El Merlot Wild 2015 comienza a expresarse en nariz al poco de servir, está embotellado apenas hace un mes, y cuando lo hace impresiona con su carga de fruta roja en sazón, con el grado bien integrado, tiene profundidad, suaves especias y ligeros toques ahumados. Buena entrada en boca, fresco y con buena persistencia.
El Tempranillo Wild 2015 tiene aroma varietal de buena intensidad, a frutas rojas y negras maduras, recuerdo floral, balsámico, ligeros empireumáticos. Boca con buena entrada, potente, estructurado, taninos amables pero bien marcados. Sabroso, equilibrado, con buena acidez. Unos vinos diferentes y atractivos por su sensación fresca y frutal de juventud, pero con el cuerpo y estructura de gama Premium.
Tempranillo Wild 2015: 12 €
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