La Fundación Bancaja celebra los 25 años de la muerte de Francis Bacon con “La cuestión del dibujo”. Tras pasar por el Círculo de Bellas Artes de Madrid, Valencia acoge hasta octubre una interesante muestra de dibujos del artista británico. Medio centenar de obras sobre papel pertenecientes a la colección de Cristiano Lovatelli Ravarino, periodista y amigo íntimo del pintor durante años. Obras de gran potencia visual que durante años se vieron inmersas en la polémica. Carmen Pastor / StylusArt /
Entre 1962 y 1974 el crítico de arte David Sylvester mantuvo una larga serie de encuentros con Francis Bacon (Dublin, 1909 – Madrid, 1992). El material de esas entrevistas dio lugar a un libro básico para entender el universo del genial pintor expresionista. Es lo que se conoce como “la Biblia baconiana”, según el comisario de la exposición, el crítico de arte y profesor de Estética y Teoría de las Artes de la Universidad Autónoma de Madrid, Fernando Castro.
De una de esas conversaciones trascendió una explicación de Bacon en la que afirmaba que no realizaba dibujos ni bocetos preparatorios para sus cuadros. La cita se interpretó equivocadamente y a partir de ella se extendió la leyenda de que el británico no sabía dibujar. Un mito que para Fernando Castro queda completamente desmentido con esta exposición. Los 58 dibujos a lápiz, cera y collage que se exhiben en la cuarta planta de la Fundación Bancaja “no son bocetos o esquemas de cuadros, son obras en sí mismas”, asegura Castro. Bacon no sólo dibujaba, sino que lo hacía prolíficamente y con maestría.
La selección presentada en esta muestra forma parte de la colección de más de 600 dibujos que Bacon regaló a su amigo y amante Cristiano Lovatelli Ravarino, firmados por el artista y fechados entre 1977 y 1992. Una colección que durante años se ha visto envuelta por la polémica. Una larga controversia sobre la autoría de los dibujos, con proceso penal incluido, enfrentó a Ravarino y a los herederos de Bacon. Finalmente, un tribunal italiano concluyó que una parte de las obras era con toda seguridad del artista británico.
Al margen de la polémica, el comisario de la muestra destaca que estamos ante “ una parte de la estética de Bacon que había permanecido oculta y que es interesante para el público” y señala que la selección recoge cuatro de los temas que obsesionaron a Bacon a lo largo de su carrera: el Papa Inocencio X de Velázquez, las crucifixiones, las figuras sentadas, y los retratos y autorretratos.
Así, el visitante se enfrenta a nuevas versiones de los ya conocidos cuadros de Bacon en los que obsesivamente interpretó el retrato de Velázquez del Papa Inocencio X. De las figuras sentadas Fernando Castro destaca el empeño de Bacon por transmitir “la imagen de la melancolía de la soledad reflexiva, de la instrospeción”. Y en los retratos y autorretratos el espectador se encuentra cara a cara con el lado más oscuro del alma humana, con personajes atormentados por una angustia vital reflejada enérgicamente en esos rostros deformados.
La selección de dibujos que exhibe la Fundación Bancaja refleja a la perfección las principales temáticas baconianas y la preocupación continua del artista “por hacer una pintura histórica, no narrativa de los acontecimientos sino del drama de un sujeto como él que tuvo que vivir el siglo XX, el desgarro de la Segunda Guerra Mundial y de la posguerra londinense y afrontar su homosexualidad en una época que suponía ser un delincuente sometido a penas de prisión”, concluye Castro.
Con motivo de la exposición, que podrá verse hasta el 15 de octubre, se ha editado un catálogo donde, además de la obra expuesta, se recogen textos de Fernando Castro, Lucie-Smith, Cristiano Lovatelli Ravarino y Giorgio Ruggeri.
