Álava atesora un rico patrimonio medieval en forma de castillos y villas amuralladas. Os proponemos tres recorridos de sur a norte para descubrir y disfrutar estos pequeños pueblos y saborear el ambiente tan especial que se respira entre sus calles estrechas, torres y palacios / En la imagen superior: El Valle Salado /
Artziniega y Laguardia son dos localidades que cierran los límites de Álava por el norte y el sur. Están separadas por algo más de cien kilómetros de distancia, pero comparten cascos históricos bien conservados, torres y murallas, y viñedos que se transforman en vinos de gran calidad.
La visita a estos dos municipios ofrece una excelente oportunidad de conocer otras villas medievales que destacan también por su patrimonio como Salinillas de Buradón, Labraza, Antoñana y Peñacerrada. Este recorrido incluye también Vitoria-Gasteiz, capital y centro cultural de Álava, y su Almendra Medieval.
Os proponemos tres rutas en coche para descubrir sin prisa, en modo slow, estas localidades y otros puntos de interés relacionados con el medievo.
Empezamos nuestro recorrido en Laguardia. Esta villa, considerada uno de los pueblos más bonitos de España, conserva su trazado medieval de calles unidas por plazas y callejas, y todo el conjunto queda ceñido por la “vieja” muralla que aún mantiene varios torreones y las cinco puertas de acceso.
Sobre este urbanismo medieval se han ido construyendo en diferentes épocas y estilos las casas del municipio. Las Iglesias de San Juan y Santa María de los Reyes, levantadas en la época medieval, son sus monumentos más importantes, destacando esta última por su impresionante pórtico gótico policromado.
Los siglos XVI, XVII y XVIII están representados por muchos edificios en cuyas fachadas pueden contemplarse hermosos escudos y aleros tallados. Entre ellos, destacan el Ayuntamiento en la Plaza Mayor y el Palacio de Samaniego, lugar de nacimiento del ilustre fabulista Félix María Sánchez Samaniego.
Todo el subsuelo de la villa se encuentra horadado por bodegas o cuevas familiares donde hasta no hace muchos años se elaboraba y guardaba uno de sus tesoros más preciados: el vino. Pasear por sus estrechas calles, visitar sus bodegas, degustar su gastronomía es un verdadero placer.
Desde Laguardia tenemos tres opciones para llegar a Vitoria-Gasteiz y el primer itinerario para en Salinillas de Buradón, aún en la comarca de Rioja Alavesa. Este pequeño pueblo cuenta con muralla defensiva, dos puertas originales y un entorno espectacular en las faldas de la sierra del Toloño.
Dentro de la villa destacan la parroquia de la Inmaculada (s. XVI) con retablo barroco y dos magníficos sepulcros de siglo XVII considerados obra maestra del plateresco alavés; el antiguo hospital de peregrinos (s. XV); y el Palacio de los Condes de Oñate (s. XVII).
Antes de arribar a la capital alavesa es muy aconsejable desviarnos un poco para conocer el Valle Salado, una ‘fábrica’ de sal con más de 7.000 años de vida y uno de los conjuntos históricos, arquitectónicos, paisajísticos, arqueológicos y geológicos más singulares del mundo.
Recorre las eras de sal, participa en catas y aprende cómo se extrae una de las mejores sales del planeta.
El segundo itinerario parte también de Laguardia, pero usa un camino distinto para ir a Vitoria-Gasteiz: el puerto de Herrera. En su cima, a cerca de mil metros de altura, se encuentra el Balcón de la Rioja, un mirador natural sobre Rioja Alavesa, donde detenerse unos minutos antes de continuar hacia Peñacerrada.
Peñacerrada estaba situada en el límite fronterizo de los antiguos reinos de Navarra y Castilla, y esta circunstancia marcó su historia en la Edad Media. Hoy conserva la puerta sur de su muralla defensiva y su tamaño da una idea de la magnitud de sus antiguas defensas.
Este pueblo, en plena Montaña Alavesa, dispone de varios ejemplos de arquitectura popular del siglo XVI entre los que sobresale la casa del Duque de Hijar. También destaca la Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción con sus dos pórticos y su Museo Etnográfico al aire libre.
La tercera y última ruta tiene paradas en Labraza y Antoñana. Labraza es la población fortificada más pequeña del País Vasco y una de las mejor conservadas de España. De hecho, recibió en 2008 del Premio Internacional de Ciudades Amuralladas por su proyecto de conservación.
Tiene una espectacular muralla, así como torreones, almenas, alcázar, saeteras…
Medievo y leyendas van de la mano también en Labraza. Cuentan que en esta villa existía un pasadizo secreto que llevaba desde la Fuente del Moro hasta el interior de la villa para que no quedara desabastecida de agua durante los asedios.
En Antoñana estrechas calles empedradas y casas de piedra que transportan a los tiempos de las disputas entre los reinos de Castilla y Navarra nos dan la bienvenida. Tiene una soberbia muralla en la que los lugareños fueron incorporando sus viviendas y acoge el centro de interpretación del Ferrocarril Vasco-Navarro.
La ruta se dirige después a las iglesias pintadas de Alaitza y Gazeo para llegar finalmente a Vitoria-Gasteiz.
La capital alavesa es la joya medieval de Álava. Su casco histórico, conocido como la “Almendra Medieval”, está lleno de calles estrechas con nombres de oficios, plazas encantadoras y edificios históricos entre los que sobresale la Catedral de Santa María (s. XIII), cuya rehabilitación acumula numerosos premios internacionales; la plaza de la Virgen Blanca; y la muralla medieval (s. XI).
También encontrarás edificios civiles del medievo únicos como el Portalón (una antigua posada del s. XV) o la Casa del Cordón, que alberga en su interior una torre del siglo XIII.
Desde Vitoria-Gasteiz los tres itinerarios convergen en Artziniega, donde nos espera uno de los cascos históricos medievales mejor conservados de la zona norte.
Artziniega mantiene casi intacto su casco medieval ubicado en promontorio con el característico trazado de calles paralelas: la de Arriba, la del Medio y la de Abajo, comunicadas entre sí mediante cantones. La conservación de su trama medieval y la calidad de los elementos patrimoniales explican que fuera declarado en 1995 Conjunto Monumental HistóricoArtístico.
La villa fue un relevante centro comercial durante la Edad Media y esta circunstancia llevó a familias de nobles a fijar su residencia en la población. Un total de 46 escudos de linajes diferentes y casas de villa, torres residenciales, palacios, la fragua y otros edificios públicos son testigos fieles del pasado mercantil de Artziniega.
Su patrimonio abarca diversidad de estilos y dedicaciones, desde lo gótico-renaciente al neoclasicismo y desde el siglo XVI al XX, siendo los edificios más destacados la Torre Ortiz de Molinillo de Velasco (s. XVI), el Convento de las Madres Agustinas (s. XVI), la Casona del Valle (s. XVII), la Torre de Bengoa (s. XVI) y diversos palacios blasonados de los siglos XVII, XVIII y XIX.
La Parroquia de Nuestra Señora de la Asunción, del siglo XVI, plantea un reto quien contempla su pórtico: encontrar los anacronismos introducidos en las pinturas realizadas por los pintores locales (ordenador, botella de cerveza…). Se realizan visitas guiadas al casco medieval de Artziniega, la fragua de Pablo Respaldiza y el Santuario de la Encina.