En su recorrido hasta el Océano Atlántico, el río Miño transcurre de Este a Oeste en una sucesión de serpenteantes meandros más o menos suaves hasta que, llegado a un punto, efectúa un drástico cambio de rumbo que expone las laderas de su margen izquierdo al Sur, lo que afecta a determinadas particularidades en la maduración de las uvas de sus viñedos.
Este paisaje espectacular es el llamado ‘Cabo do Mundo’, en la zona de A Cova, en Saviñao (Lugo). Aquí se encuentran las instalaciones enológicas y los viñedos de Adegas Moure, bien ventilados, sobre estrechos bancales de mecanización imposible, que bajan hasta el mismo margen del río en terrenos de esquisto muy pobres en materia orgánica.
Evaristo Rodríguez, a la derecha de la imagen, junto al sumiller Antonio Raluy durante una visita a la bodega
Esta bodega fue una de las impulsoras de la Ribeira Sacra y desde su creación en 1958 sus responsables se han caracterizado por ser innovadores, primero con la construcción de destilería propia para la elaboración de aguardientes de orujo, más tarde con la plantación de la Albariño para la confección de sus vinos blancos, y además embotellarlos en botella bordelesa, cuando lo habitual era la alargada tipo Rhin.
También fueron los primeros que se atrevieron a hacer un tinto gallego con crianza en barrica y se encuentran entre los pioneros en el cultivo de viñedo ecológico en su zona de producción. Aunque Evaristo Rodríguez, una de las cabezas visibles de esta bodega familiar, opina que en su propia tierra no se comprenden los tintos gallegos con madera, se hacen principalmente porque son los que demanda el mercado de fuera de Galicia, y además están hechos con la mejor calidad de sus uvas.
Desde hace unas añadas elaboran un vino un poco especial con el que rinden homenaje a José Moure, quien fuera fundador de la bodega. Se trata del Abadía da Cova de Autor, hecho con una cuidada selección manual de uvas Mencía, con un pequeño porcentaje de Tempranillo. Proceden de dos viñedos, uno de suelo de esquistos y otro de fondo granítico, que dan profundidad mineral y finura.
El vino ha tenido una permanencia de siete meses en barricas de roble francés. Su color es rojo picota, con un ribete que todavía conserva tonos violáceos. Aroma intenso a fruta negra fresca, suaves especias dulces (vainilla), ahumados y sensación mineral. En el paladar se muestra con cuerpo, buenos taninos, es carnoso, sabroso y con buena acidez, largo y persistente.
Un vino que acompañará bien un guisado de ternera de sus cortes más sabrosos, como el jarrete, el ossobuco sale de esta pieza; la aguja; o la aleta de pecho, partes en principio feas y duras que una vez cocinadas a fuego muy lento durante varias horas quedan tiernas y jugosas por su contenido en colágeno, que las hace melosas.
Abadía da Cova de Autor 2011: 20 €
www.adegasmoure.com
