Tardana y Macabeo para un ‘Orange Wine’ ¿O hay que decir anaranjado? Bodegas Cueva

Cualquier persona que tenga cierto interés por el mundo del vino habrá escuchado en incontables ocasiones que en la elaboración de vinos blancos al prensar las uvas se separa con prontitud las pieles y semillas del mosto. A las pocas horas se realiza el ‘desfangado’, proceso en el que se decantan partículas sólidas antes de iniciada la fermentación, que se retrasa mediante la adición de anhídrido sulfuroso.

Pero esto no siempre es así, ya que en los últimos tiempos algunos elaboradores italianos retomaron la tradición que se mantuvo hasta los años sesenta de fermentar los mostos de uvas blancas con sus pieles, manteniéndolas desde unos días hasta varios meses. La combinación de la materia colorante responsable del color amarillo de la piel de las uvas (flavonoles), el PH y el contacto con el oxígeno hace que tiendan a tonalidades anaranjadas, y como los Consejos Reguladores no admiten este color para los vinos blancos, ni son rosados, se puede afirmar que forman una tipología diferenciada, siendo conocidos en los mercados internacionales como Orange wines.

Los vinos “anaranjados” se elaboran en diferentes tipos de depósitos, como pueden ser de terracota, de acero, madera u hormigón, y tampoco todos son biodinámicos o están hechos sin sulfuroso. Pero Mariano Taberner, espíritu inquieto de Bodegas Cueva en la pedanía requenense de La Portera, sólo hace “vinos naturales” sin ningún aditivo enológico a partir de uvas de cultivo ecológico.

A los Cueva Bobal y Cueva Macabeo se ha incorporado una variada muestra procedente de múltiples ensayos, como sus diferentes espumosos, los de aguja bajos en alcohol, vinos dulces, un vermut espumoso y un Orange, o anaranjado, hecho con Tardana y Macabeo. Como el nombre indica, la autóctona Tardana es de maduración muy tardía, nunca la vendimia antes de la segunda quincena de octubre, aún con poco grado, que se compensa con el de la Macabeo recolectada un mes antes. Una vez iniciada la fermentación de la Tardana va incorporando poco a poco el vino ya hecho de Macabeo y con posterioridad realizan juntas la maloláctica.

El Cueva Orange de 2015 es de color anaranjado pálido, velado, con densa lágrima. Aroma frutal, que recuerda los cítricos (pomelo), manzanas verdes y frutos secos. En el paladar es seco, untuoso, fresco, vuelve la sensación frutal de los cítricos, con interesantes amargos que lo hacen equilibrado y persistente. Un tipo de vinos que vienen a conformar una paleta de colores, aromas y sabores más compleja de lo que a priori podríamos pensar.

Cueva Orange 2015: 10 €