Restaurante Aponiente, El Puerto de Santa María, Cádiz

6 caballa asada (1) a las brasas de huesos de aceitunas

ESENCIA DEL ATLÁNTICO EN CADA BOCADO / StylusGastro / Francisco Palanca / ojoalplato.com

Aponiente, Calle Puerto Escondido, 6
11500 El Puerto de Santa María, Cádiz
Tf: 34 956 851 870

Venir a El Puerto de Santa María y no comer en el restaurante Aponiente sería un acto impropio de una persona que disfruta con la gastronomía. Para evitarme remordimientos de conciencia y, sobre todo, por darme el gustazo, he ido y he comido.

El local es pequeño, está en una callecita junto al puerto, en la segunda línea de la costa. Tiene siete u ocho mesas, resulta acogedor y está bien acondicionado. Las mesas perfectamente vestidas, la vajilla y las copas acordes con el nivel del restaurante. La iluminación es suficiente, con luz natural y artificial, música ambiental y el aire acondicionado que lo ponen y lo quitan a indicaciones de algún cliente/a. El servicio diligente, atento y preparado.

La carta de platos no es muy extensa: ocho entradas; tres carnes, cordero, ternera y cerdo; cuatro pescados; y tres o cuatro postres. Disponen de un Menú del Día por 24 euros y un Menú Degustación por 50 euros. La carta de vinos es cuestión aparte, extensa e inabarcable, con un buen apartado de vinos de Jerez, además de Cavas, Champagnes, tintos y blancos, con referencias de varios países. Yo me incliné por el menú degustación, con la opción de maridar el menú por copas según el criterio del sumiller. Me preguntaron si tenía intolerancia a algún alimento. Un buen detalle para prevenir sustos.

2 gazpacho de tomates verdes con pez cueroComo aperitivo tomé una Manzanilla Pasada de la marca Pastrana, aromática y compleja. Y para acompañar el primer y segundo plato me sirvieron un Fino Pavón, con aromas cítricos y de almendras amargas. Muy equilibrado y fresco. El primero fue un gazpacho de tomates verdes con pez cuero (un tipo de escualo, como el cazón) con polvo de manzana verde granizado. Bueno… bueno.

3 boquerón asado a las brasas de huesos de aceitunasDespués un boquerón asado a las brasas de huesos de aceitunas, sobre un tomate marinado con los interiores del pescado, sobre un trozo de pan de campo. Yo hubiera asegurado que el boquerón estaba marinado y no asado, pero lo pregunté y me confirmaron que estaba asado. La textura era muy tierna y fresca. De todas formas estaba exquisito.

4 tajadicas de pez limónPara el siguiente plato me sirvieron una copa de Oloroso Médium 10 RF, de Osborne, de aromas pasificados y especiados, con un final dulce en boca, por el aporte de la Pedro Ximénez. Acompañaba unas “tajadicas” de pez limón, con rábanos y ajos negros (macerados en salsa de soja). El ajo negro tiene un intenso sabor a regaliz por la maceración en la soja. El pescado tenía un sabor muy delicado, casi neutro. El plato estaba bueno pero muy contrastado en sabores. El Oloroso también me pareció muy intenso para este pescado.

5 gazpachuelo de iberico con huevo enconadoA continuación, un gazpachuelo de ibérico, con huevo “enconado” y un caldo de almendras. El huevo enconado es aquel que no ha llegado a poner la gallina y se obtiene de su interior. El plato es original y apetitoso. Se acompañó del Oloroso.

6 caballa asada (1) a las brasas de huesos de aceitunasEl siguiente plato fue una caballa asada a las brasas de huesos de aceitunas, acompañada de un caldo elaborado de las espinas del pescado y un trozo de tomate con sésamo de wasabi y cebollino. Un plato original y suculento. La sensación del asado en hueso de aceituna me resultó como las del boquerón, si no me lo dicen diría que es un marinado. Este plato se acompañó de un vino blanco de Albariño portugués marca Dorado, cosecha 2006, criando en barrica. Color amarillo limón muy intenso y aromas cítricos. Buen vino.

Llegó el plato principal choco (sepia) enharinado con tres harinas, una de ellas de garbanzos, frito con sus entrañas, acompañado de all i oli y huevo enconado relleno de plancton. Un plato un tanto difícil de entender por el comensal. Y así se lo hice saber a Ángel León. Es fuerte, por la fritura exterior y por su contenido: las huevas y otras partes comestibles del interior de la sepia. Me aconsejaron maridarlo con el blanco para el exterior y un tinto para el interior. Yo creo que requería el tinto para ambas partes. Es un plato fuerte, sorprendente y muy contundente. Para paladares habituados. El tinto servido con el choco fue Dehesa Gago 2008, de Bodegas Telmo Rodríguez, DO Toro, un vino joven, muy afrutado.

8 mollete de AntequeraPara acompañar los postres me sirvieron un tinto de la zona llamado Barbazul, elaborado con Tintilla de Rota, que también se conoce como Graciano. El prepostre fue un “mollete de Antequera” relleno de helado de vainilla, acompañado de un granizado de caramelo. El mollete es un tipo de pan tradicional. A continuación vino un postre a base de helado de azahar, con granizado de té moruno y naranja natural. Muy bueno, fue visto y no visto, no tuve tiempo ni de fotografiarlo.

9 cremoso de chocolate con vodkaEl tercer postre un cremoso de chocolate con vodka, acompañado de helado de naranja y crujiente de vinagre de naranja. Una delicia. La vodka Pancracio, también de chocolate, se elabora en Cádiz. Y unos petit fours para el final: dado de panna cotta, galleta de mantequilla, almendra garrapiñada especial y un bombón de toffee. Exquisitos. El café bueno, aunque la taza no es de mi agrado. Sus razones tendrá. Lleva doble cámara, seguramente para mantener el calor.

Una experiencia impresionante, lástima que esté tan lejos de casa.

Precio final 73 euros. El maridaje de los vinos fantástico: 14,50 euros más IVA.

Compartir
Share on FacebookTweet about this on TwitterShare on LinkedInEmail to someone