La fangoterapia es uno de los tratamientos más demandados por aquellos que acuden al Balneario El Raposo para someterse a los beneficios del barro como elemento curativo y de cuidado estético.
Los escenarios de Vía de la Plata y Tierra de Barros, en Extremadura, son ricos en elementos tan simples como la tierra y el agua que brindan múltiples beneficios tanto para la salud como para la belleza. El Balneario El Raposo, convertido en uno de los pocos centros termales en los que se aplican lodos naturales ofrece envolturas y aplicaciones de barro que tienen propiedades purificantes y médicas. Con un completo asesoramiento y análisis, el equipo de profesionales del centro es el encargado de convenir con el cliente qué tratamiento es el más idóneo para mitigar dolencias o potenciar sus efectos estéticos.
Viajar hasta esta región del mapa este verano es sinónimo de salud
Es hora de salir de la rutina y desconectar para recargar las pilas. Hay un espacio único y singular en Extremadura, muy cerca de Zafra, y al sur de la provincia de Badajoz, elegido por muchos para sus vacaciones: Balneario El Raposo.
El viajero llega alentado por unos magníficos jardines exteriores de 30.000 m2 con abundante vegetación y por el sosiego que allí se respira. Pero la particularidad de este centro termal, más allá de sus tratamientos, el uso de la medicina estética y, por qué no, la excelente gastronomía, reside en las propiedades de sus aguas mineromedicinales y sus lodos termales. La fangoterapia es una modalidad de tratamiento de simple aplicación, indolora, no invasiva y muy eficaz.
Las circunstancias, la orografía y su ubicación han hecho de Balneario El Raposo uno de los pocos centros de España que aplica fango natural. Las arcillas que más se emplean tienen un gran poder de absorción. Su acción mineralizante y su efecto estimulante de la cicatrización las convierten en idóneas para el cuidado de la piel. ¿Qué propiedades son las responsables para que cada vez acudan más adeptos?
La plasticidad y la homogeneidad que aporta la aplicación de los fangos permite una total adaptación al cuerpo del paciente y su baja capacidad térmica propicia una mejor circulación sanguínea y prolongación de los tratamientos. Además, uno de los efectos más importantes de los peloides sobre el organismo es la propia vasodilatación, el aumento de la frecuencia respiratoria y cardíaca, la hipotensión arterial y la sensación de calor agradable y tendencia al descanso.
Las aguas del balneario son bicarbonatadas, cálcicas y magnésicas, y mezcladas con el barro, tienen un efecto antiinflamatorio, analgésico, desintoxidante y absorbente. Suelen usarse para tratar edemas en las piernas, combatir la celulitis, dolores articulares y musculares, golpes y hematomas.
El público que se hospeda en las instalaciones del hotel-balneario es muy variable. Los jóvenes que llegan pueden mejorar considerablemente sus problemas de piel puesto que los barros son el complemento perfecto para eliminar células muertas y bacterias.
Aquellos que padezcan artrosis, reuma o artritis encontrarán en la arcilla el mejor aliado. Sus propiedades térmicas actúan como analgésico y su aplicación en forma de cataplasma sobre la zona dolorida es capaz de aliviar dolor en músculos y articulaciones.
Otra de las razones que motivan el uso de los lodos termales es que las propiedades de estos fangos también producen la regeneración celular provocando que el paciente se sienta relajado y rejuvenecido, además de lograr una piel suave y tersa.
Los que viajan hasta Extremadura también lo hacen para aliviarse del estrés. El equipo de expertos médicos recomienda la aplicación de un baño nocturno frío o caliente de arcilla que ayuda a fortalecer el sistema inmunológico.
La estancia en este ‘templo de salud’ permite que el cliente se lleve un agradable recuerdo durante sus días de asueto pudiendo comprar en el propio balneario la línea de cosmética y productos ecológicos de la más alta calidad que la firma ha lanzado.
OTRAS NOTICIAS
La Plaza de Yamaa el Fna, Marrakech: la Plaza más bonita de África (y 2)
Después de presentar la Plaza de Yamaa el Fna, de Marrakech, en esta segunda entrega el viajero propone disfrutarla desde las alturas, a través de las terrazas de sus cafés y restaurantes, y descubrir otro de sus grandes tesoros, las decenas de zocos organizados por oficios a los que se accede por calles laberínticas y llenas de vida. Además, el autor nos recomienda algunos de sus lugares favoritos de la ciudad y también el libro que le animó a conocer Marruecos… (Y hasta aquí puedo leer…)
