La recuperación de varietales en tierras gallegas no para de dar agradables sorpresas. Ahora reaparece la Branco Lexítimo (Albarín, Raposo) que, pese a ser una de las documentadas desde más antiguo es la última en salir a escena.
Este tipo de vid es de ciclo vegetativo corto pero conserva altos índices de acidez cuando sus uvas están maduras, un vidueño autóctono del noroeste peninsular y cornisa cantábrica, muy minoritario y bien adaptado a las condiciones climáticas de estas zonas.
El cultivo de la vid vegeta con ciertas dificultades en clima oceánico Atlántico, lejos de su hábitat natural, como sostiene el doctor ingeniero agrónomo José Luis Hernáez Mañas, uno de los mayores expertos vitícolas en Galicia, responsable en buena parte de los avances producidos durante los últimos años en esos pagos.
Y es que la vid no fructifica más allá de ciertos límites, dependiendo en este clima de factores como el exceso de humedad en los veranos, las enfermedades fúngicas o las horas de insolación. Pero existen microclimas en lugares protegidos por cadenas montañosas en los que la vid es posible y donde en muchas ocasiones se consiguen los mejores vinos.
El equilibrio es tan delicado que Hernáez ha localizado los límites de la viticultura en Galicia en unas altitudes de hasta 40 metros en Rías Baixas y Betanzos, 250 en Condado, 350 en Ribeiro, 450 en Ribeira Sacra y 750 en Valdeorras. Las suaves temperaturas estivales favorecen que no se consuman los ácidos málico y tartárico en los racimos y la graduación de sus vinos es moderada.
Ricardo Rilo se incorporó a la IGP Betanzos al comienzo de su creación junto al pequeño grupo de seis bodegas que la integran, en la comarca homónima de A Coruña, con una parcela de Branco Lexítimo de 2 hectáreas plantada en el año 2000.
Hasta la recuperación de esta varietal quedaban muy pocas viñas y dispersas, por lo que todavía no se conoce a fondo, aunque algunas de ellas puedan tener más de 200 años. Su alto contenido en ácidos la hace excelente para su vinificación, tanto en solitario como acompañando a otras. Las características de esta uva y el terruño en la que crece, apenas a 10 kilómetros de la Ría, hacen un vino de carácter Atlántico extremadamente fresco.
El Castro Untía Branco Lexítimo de 2014 es de color amarillo limón con reflejos verdosos, tiene aroma intenso, que recuerda a la hierba recién cortada, plantas aromáticas, a manzanas verdes y ciruelas amarillas. Muy fresco en boca, afilado, cítrico, salino y largo. Ideal para acompañar ostras crudas. Una casta de uva que viene del pasado dispuesta a revolucionar los blancos gallegos.
Castro Untía Branco Lexítimo 2014: 12 €
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