Hubo una época recién pasada en que la comarca de El Bierzo, en León, era más conocido por la extracción de carbón que por su riqueza enológica, todo lo contrario a lo que ocurre ahora, una zona vitícola que está poniendo en valor la Mencía y que, de manera paulatina, va dando mayor relevancia a los vinos blancos, a medida que los consumidores los han ido apreciando.
Fue en 1998 cuando Ginés Fernández y Juani Gancedo iniciaron su aventura vinícola y dos años más tarde Ginés dejó su trabajo en la mina para dedicarse por completo a hacer vinos en la población de Quilós. En la actualidad controlan 20 hectáreas si sumamos las superficies de las pequeñas 74 parcelas que trabajan, plantadas sólo con las autóctonas Mencía, Godello y Doña Blanca, la mayoría de más de 60 años, junto con algunas que llegan al centenar, y otras plantadas más recientemente en alta densidad, en espaldera, para controlar de manera natural la producción de uva por cepa, no por hectárea, y producir en total alrededor de 75.000 botellas al año.
Elaboran tres tintos, el Gancedo, joven sin crianza; el Xestal y el Ucedo, además de dos blancos, uno del año, el Capricho de Gancedo, y otro con crianza en barrica y trabajo de sus lías finas, el Herencia del Capricho. Es el blanco joven el que nos llama la atención, hecho con Godello (85%) y Doña Blanca, con la particularidad de que el vino es embotellado directamente del depósito de acero inoxidable, al poco de terminar la fermentación que dura alrededor de mes y medio, con lo que conserva una pequeña parte del gas carbónico natural.
De la Godello se ha hablado mucho en los últimos tiempos, pero mucho menos conocida es la Doña Blanca, de poco prestigio por su propensión a producir cantidad, pero que da mostos de excelente acidez y aromas de buena intensidad, habitualmente incomprendida. Se la conoce también como Cigüente (Extremadura), Moza fresca (Galicia), Siria (en Portugal), Valenciana, o Malvasía del Bierzo, entre otras sinonimias, y algunos autores la identifican con la Merseguera, la uva típica del Alto Turia en Valencia, aunque adaptada a algunas tierras galaicas, según el MAGRAMA.
El Capricho Gancedo de 2014 es de color pajizo, muy brillante. Sorprende por su intensidad aromática, frutal y floral, que recuerda a las peras, fruta tropical y cítricos. En el paladar se aprecia el ligero resto de carbónico natural que ofrece una fácil entrada de boca, sabroso, con cierta densidad, muy fresco y goloso, con sensación mineral y ligeros amargores que lo hacen perdurar en el paladar, en un conjunto original, diferente.
Capricho de Gancedo 2014: 11 €
