El vino tinto reduce el riesgo de padecer cáncer de mama

UN ESTUDIO DEMUESTRA LOS BENEFICIOS DEL VINO TINTO EN LA SALUD DE LAS MUJERES, por Luis Moreno Buj.

Un nuevo estudio realizado por el Cedars-Sinai Medical Center, en la ciudad estadounidense de Los Ángeles, ha llegado a la conclusión de que algunas de las sustancias contenidas en los hollejos y pepitas de las uvas negras reducen, en cierta medida, algunos de los factores de riesgo en mujeres premenopáusicas. Este informe ha sido publicado por la Journal of Women’s Health.

La investigación demuestra que el consumo moderado de vino tinto puede ser beneficioso para la salud, ya que favorece la estabilidad de los niveles de estrógeno y aumenta los de testosterona. Estas hormonas mantienen la salud en el aparato reproductor femenino, en los huesos, en el colesterol en sangre, ayudan a conservar la libido que se pierde con la menopausia, y su desajuste puede hacer proliferar células cancerosas. Según la OMS, el cáncer de mama es el responsable de la defunción de alrededor de 460.000 personas al año en todo el mundo; ocupa el quinto lugar después de los tipos pulmonar, gástrico, hepático y colorectal; pero de todos ellos es el que afecta a mayor número de mujeres.

En el estudio llevado a cabo por el Cedars-Sinai Medical Center han participado un total de 36 mujeres en dos grupos, que han consumido diariamente cantidades moderadas de vinos de Cabernet Sauvignon y de Chardonnay durante un mes. En los análisis efectuados a lo largo del tiempo que ha durado la investigación se han podido observar diferencias hormonales en el grupo testigo que bebió vino tinto.

El objetivo de los científicos era constatar si los compuestos del vino tinto actúan de forma similar a los inhibidores de la aromatasa, enzima que interviene de forma activa en la biosíntesis de los estrógenos, utilizada por la medicina para tratar el cáncer de mama. Los responsables del estudio han demostrado en el laboratorio que el vino tinto puede intervenir en la detención de la proliferación de células cancerosas producidas por cambios en los patrones hormonales. Según el doctor Chrisandra Schufelt, miembro del equipo de investigación, “en las mujeres que han consumido vino tinto han disminuido los niveles de estrógeno, mientras que han aumentado los de testosterona, factores hormonales que sugieren que el vino tinto puede prevenir el crecimiento de células cancerosas”.

El consumo de vino blanco no afecta en ningún sentido a los valores de riesgo para desarrollar la enfermedad, al carecer de algunos componentes sólo presentes en las uvas negras.

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