La iniciativa de las hermanas Isabel, María y Ana Meler Subías, de continuar con la tradición agrícola de su casa incorporando la actual tecnología en cuanto a la elaboración de vinos y viticultura, las llevó a pedir a sus padres la gestión de una parte de la tierra que trabajan. Así que en 2003 se lanzaron a la tarea de fundar una nueva bodega en Barbastro, capital del Somontano, en las primeras estribaciones del Pirineo de Huesca / Luis Moreno Buj / StylusVinum /
Parten de la selección de 25 hectáreas de viñedo del total de 86 de la finca familiar que ocupa toda una colina, por lo que tienen la posibilidad de combinar las uvas cultivadas en diferentes orientaciones para ayudar a equilibrar los vinos de manera natural. Trabajan con varietales foráneas, algunas de ciclo largo, por lo que maduran bien las uvas para poder efectuar un extracto importante de los hollejos sin que aparezcan sabores herbáceos.
En los vinos de Bodegas Meler se encuentra sensación de fruta madura y compotada conservando la acidez. Esto es marca de la casa, que a unos gustará más o menos, pero es el resultado de una viticultura de baja producción, ninguna cepa da más de 2 kilos de uva, en un promontorio del terreno de naturaleza calcárea donde los vientos permiten la sanidad necesaria para alargar las maduraciones sin riesgo a plagas y enfermedades.
Elaboran pequeñas cantidades de una variada gama de vinos, como el ‘Meler Rosado’ (2014), un Cabernet Sauvignon de reflejos cobrizos, aromas a frutas rojas maduras y bayas silvestres, naranjas sanguinas y recuerdo a sotobosque. De gusto vinoso, frutal, fresco, mineral y cítrico.
Otro de ellos es el ‘Meler Syrah’ (2013), un tinto de añada con cuatro meses sobre lías en depósito, sin nada de barrica. Aroma de buena intensidad a frutas rojas y negras maduras y en compota, membrillo, hoja de tabaco, especiado (clavo). En boca es carnoso y estructurado, de cuerpo medio pero con carácter, sabroso, frutal, goloso y equilibrado, con taninos dulces, nada astringentes. Un vino muy particular.
Con la mejor Cabernet Sauvignon de la finca hacen el alto de gama, el ‘Andrés Meler’ (2009), que parte de una maceración pre fermentativa de las uvas en frío durante 23 días, con las que se efectúan diversas vinificaciones en depósitos de acero inoxidable de reducidas dimensiones, para después tener una permanencia de 17 meses de crianza en barricas de robles americano y francés. Así obtienen un vino de color rojo picota de capa alta, opaco. Se tiene que airear y aparecen aromas intensos a fruta roja y negra madura, pimientos rojos asados a leña, con especiados y torrefactos bien integrados. Boca potente, con cuerpo, estructurado, fruta confitada, tanino potente, suave astringencia, equilibrado, expresivo y original, que no es poco.
Andrés Meler 2009: 20 €
