Dulces uvas del Mediterráneo. Bodegas Terramoll, Formentera

Dulces uvas del Mediterráneo. Bodegas Terramoll, Formentera

La menor de las Pitusas comienza la temporada de verano con las oleadas de turistas que acuden al reclamo de su agreste naturaleza. Las aguas de tonos turquesa se mantienen cristalinas protegidas por la pradera de posidonia del fondo marino que actúa a modo de depuradora natural, por lo que este ecosistema fue declarado patrimonio mundial por la Unesco en 1999.

La pequeña isla se salvó de la expansión turística de los años 70 gracias a que en su puerto no cabían los barcos capaces de transportar las grúas y maquinaria pesada para la construcción de los complejos hoteleros. Hoy, los formenterenses se enfrentan a otra amenaza, como son los proyectos de prospecciones petrolíferas del Mediterráneo.

La familia Moll inició en el año 2000 un proyecto pionero de producción y embotellado de vinos en Formentera. Cultivan una superficie de 14 hectáreas de viñedo de algunas varietales foráneas y de viejas cepas de Monastrell y de Malvasía, para hacer una pequeña producción de 20.000 botellas.

Dulces uvas del Mediterráneo. Bodegas Terramoll, FormenteraArantxa Moll es la responsable de la bodega y José Abalde, su enólogo. Con estas uvas hacen sus vinos más emblemáticos, como son el tinto Es Monestir y el Sabina Terramoll Blanc. Además hacen dos vinos especiales, un espumoso tinto y un blanco naturalmente dulce.Dulces uvas del Mediterráneo. Bodegas Terramoll, Formentera

Dulces uvas del Mediterráneo. Bodegas Terramoll, FormenteraEl Terramoll Petillant Noir es un espumoso semiseco tinto hecho con el método tradicional, con uvas Cabernet Sauvignon y Merlot de 2008, cuyo vino base acaba de fermentar en barrica. Su larga crianza es la responsable de su fina y cremosa burbuja. Se trata de un proyecto experimental, equilibrado entre dulzor y acidez, ideal para tomar muy frío acompañando los postres de chocolate puro, o simplemente para seguir conversando durante la sobremesa.

Dulces uvas del Mediterráneo. Bodegas Terramoll, FormenteraEl otro es el Terramoll naturalmente dulce (sin alcohol añadido), hecho con Garnacha Blanca y Moll (Premsal Blanc) de 2011. La primera se deja sobremadurar en la propia cepa. En cambio a la Moll, autóctona de Mallorca, de racimo grande y bayas muy gruesas, le cuesta mucho madurar, por lo que se somete a varios grados bajo cero sin despalillar, con lo que se consigue una importante concentración de azúcares por la separación durante el prensado de parte del agua congelada contenida en el mosto. Las paredes celulares de los hollejos también se rompen, con lo que se desprenden aromas frutales muy interesantes que de otra manera no se conseguirían.

El vino resultante tiene el dulzor de la uva sobremadurada, con el frescor de las frutas frescas. Es de color oro pálido, con aromas que recuerdan las ciruelas amarillas, manzanas y flor blanca. En el paladar es ligero, moderadamente dulce, no empalaga, es fresco, vuelve la sensación de fruta de hueso, con un final de boca almendrado. Un exquisito vino de aperitivo, para tomar con entrantes de foie o quesos azules.

Terramoll Petillant Noir 2013: 19 €
Terramoll Dulce: 22 € botella de 50 cl
www.terramoll.es

 

 

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