CERVEZA EN COPA DE VINO, por Luis Moreno Buj.
El auge de las cervezas artesanales se ha convertido en un fenómeno durante los últimos años y pequeñas factorías han proliferado en toda la geografía española.
En la Comunidad Valenciana existen varios proyectos de este tipo, como las cervezas Tyris, Lluna, Galana o Spigha, aunque el más veterano de ellos es la sociedad formada por los hermanos Fernández Pons con su cerveza Altura de Vuelo.
Diego Fernández Pons es el impulsor de este reto y su director técnico, como también es el enólogo que está detrás de vinos como el Moma dels Frares o del Sueño de Megala, de dos conocidas bodegas valencianas a los que se ha unido su vino más íntimo, un tinto de Bobal llamado Lo Necesario.
Cervezas Fernández Pons encontró el lugar ideal donde instalarse en la aldea de Casas del Rey, dentro del Parque Natural de las Hoces del Cabriel, en el término municipal de Venta del Moro, en la Valencia Castellana.
Compraron la nave de la antigua cooperativa, en las cercanías cultivan parte de la cebada y del lúpulo que utilizan y disponen de agua de manantial, que brota a escasos metros de la cervecería, un detalle fundamental para la pureza de su sabor.
El proceso de esta cerveza comienza con la infusión de la flor de lúpulo con tres tipos de cebada: la que cultivan ellos mismos y que incorporan en crudo, junto con las maltas, o granos ya germinados, de procedencia belga y alemana. El malteado se provoca para que el almidón se transforme en los azúcares necesarios para iniciar la fermentación y su transformación en alcohol. Antes de concluir el proceso se embotella sin filtrar, para que termine de fermentar dentro de la propia botella y conserve su gas carbónico natural.
Los cerveceros de Altura de Vuelo aspiraron desde el principio a crear una cerveza suave, elegante y compleja; y lo han conseguido. Su color es ámbar con tonalidades rojizas, con una formación de espuma densa cuando está recién vertida, de color hueso, que al poco queda reducida a un fino disco. El aroma es intenso, floral, a frutos secos, a cereal, a levadura, a fruta, a caramelo, a tostados y a regaliz. En el paladar es suave, de cuerpo medio, sabrosa, con un inicio dulce, seguido de frescura cítrica, con un suave final amargo bien equilibrado.
Una cerveza reconfortante, para tomar servida en copa de buen tamaño, del tipo de las que utilizamos para los vinos tintos, capaz de recoger la amplia paleta aromática de esta bebida natural.
Altura de Vuelo: 1,80 euros
