50 años de superación. Adnos, Bodegas Coviñas

Algunos recordarán el ‘Vino de la Reina’, un tinto con tres años de crianza que comenzó a elaborar la actual cooperativa de segundo grado COVIÑAS -entonces conocida como Cooperativa del Campo de la Castilla Valenciana- pocas añadas después de su fundación allá por 1965 en Requena. Y fue servido por vez primera en la comida que se ofreció a los Reyes de España, Juan Carlos I y Sofía, en su primera visita oficial a Valencia en 1976.

Más tarde tendría que cambiar el nombre para convertirse en el conocido ‘Enterizo’, unas marcas a las que se han incorporado en tiempos más recientes las gamas de los Al Vent y Aula, también elaborados por este grupo bodeguero.

Hace unos años, la bodega se marcó el reto de crear un vino de alta expresión para conmemorar su 50 aniversario. Diego Morcillo, director técnico de la corporación y su equipo, se puso manos a la obra y seleccionaron  dos viñedos  con unas maravillosas cepas de Bobal de más de 80 años en los parajes de El Rubial y El Matorral. El terreno es de naturaleza calizo-arcillosa, que ayuda a retener la humedad, a una altitud entre los 720 y 850 metros donde las noches de verano son bastante frescas.

En 2011 obtuvieron las primeras pruebas e hicieron un vino con mucho extracto, al gusto de algunos críticos y catadores, de gran calidad pero en el que el carácter varietal se percibía un poco difuminado. En la siguiente añada buscaron “que se apreciase mejor la expresión de la uva y que el terruño estuviese más presente”, mediante prácticas de viticultura encaminadas a aumentar la superficie foliar a la vez que controlando la producción.

Y en la bodega bajaron la temperatura de fermentación, en un proceso más lento, largo y arriesgado, efectuando remontados suaves y constantes para extraer con suavidad y que el vino tuviese los delicados recuerdos a cerezas y mentolados que Morcillo tipifica como rasgos varietales.

En un principio estaba previsto que el vino no tuviese una permanencia prolongada en barrica, pero el vino iba aguantando bien, por lo que al final ha tenido una crianza de 24 meses en barricas nuevas de robles americano y francés. Además el vino está bien vestido, en botella borgoñona con una etiqueta en la que figura un As íbero del siglo II a. de C., una moneda con la que se hace referencia a la historia y tradición vitivinícolas de la comarca. En la contra está calificado como ‘Alta Expresión’, un sello que la DOP Utiel-Requena otorga a aquellos monovarietales de Bobal elaborados a partir de uvas procedentes de viñedos de más de 35 años de edad, de bajo rendimiento y cultivados en secano.

Hace unas semanas han presentado el ‘Adnos’. Es de color rojo picota, de capa media y ribete de tonos violeta. Aroma de buena intensidad, con sutiles recuerdos a frutos rojos, balsámicos, con notas especiadas y ahumadas bien integradas. Buena entrada de boca, cuerpo medio, suave astringencia, tanino maduro agradable al paladar, vuelve la sensación frutal, se muestra fresco y equilibrado. Un vino valiente y sensato.

Adnos 2012: 15 €